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«Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.»
Juan 17, 21-23.
Por Rev. Dr. Robert J. Laws, III. *
A través del Sacramento del Bautismo, la mancha del pecado original queda borrada y estamos unidos a la muerte de Jesús y resucitados a una nueva vida en él. San Pablo enseñó que “hay una sola fe, un solo Señor, un solo bautismo” (Efesios 4, 5). A través del bautismo, nos convertimos en miembros del cuerpo de Cristo, y se nos dan dones para el ministerio en el mundo. No hay un bautismo católico romano y un bautismo anglicano y un bautismo ortodoxo y un bautismo protestante: hay un solo Bautismo. No hay un Cuerpo de Cristo católico romano y un Cuerpo de Cristo anglicano: hay un solo Cuerpo de Cristo.
Una de las súplicas más fervientes de Jesús es en favor de la unidad entre sus discípulos. Él ora para que nosotros seamos uno, así como Él y el Padre son uno. Nuestras tristes divisiones, sin duda, afligen su Corazón sacratísimo, y es nuestro deber como discípulos que le amamos y seguimos, orar y luchar por la unidad de los cristianos. Esto no significa que debamos ignorar nuestras diferencias y no tomarlas en serio; pero, sí significa que debemos celebrar aquello en lo que ya estamos de acuerdo, y dialogar en espíritu de oración y respeto sobre los temas que nos dividen.

En medio de una Iglesia fracturada, la Hermandad de la Santísima Trinidad ofrece un espacio en el que los cristianos católicos de las tradiciones católica romana, anglicana y ortodoxa pueden crear una comunidad en la que podamos practicar la caridad fraterna y celebrar nuestra unidad como cristianos. Ciertamente cabe entre nosotros un debate sólido sobre temas en los que no estamos de acuerdo, pero lo más importante es que somos una fraternidad, arraigada en el amor de Cristo, en la que buscamos ayudarnos unos a otros a crecer en la gracia de Dios y donde todos podamos ser más fieles discípulos de Jesucristo, trabajando juntos para difundir las Buenas Nuevas del Reino de Cristo en el amor.
El fundamento de nuestra unidad es la creencia en Dios como Trinidad: una Trinidad de divinas Personas que comparten eternamente la vida del amor. Nuestra fraternidad no solo está dedicada a la Santísima Trinidad, sino que cada uno de nosotros busca sumergir sus vidas en la vida trinitaria, marcados por la caridad, la verdad y la mística. Es la vida de oración atada a las buenas obras (misticismo), arraigada en la Verdad revelada y sumergida en el amor de Dios (caridad), que compartimos unos con otros y con los más pequeños a través de obras de misericordia, que nos permiten crecer en santidad y fortalecer los lazos de afecto como hermanos y hermanas en la familia de Jesús, nuestro hermano.

Nuestra unidad se fortalece por la creencia común de que Dios Trino nos invita a compartir la vida divina. Nuestra meta como seguidores de Jesús es terminar esta vida en la gracia de Dios, y una vez purificados por su amor y misericordia, verlo cara a cara, disfrutando de la comunión del amor eterno y la bienaventuranza divina, en compañía de la Santísima Virgen María, los Santos, los Ángeles y todos los Bienaventurados, en las santas moradas de Dios. Esta única fe en un solo Señor y un solo bautismo es la que nos une a Cristo, y unos a otros, y también a los santos del cielo.

Que los santos que ya contemplan a Dios cara a cara nos alienten con sus ejemplos de santidad e intercedan por nosotros, para que luchemos la buena batalla y ganemos con ellos la victoria sobre el pecado. Siguiendo su ejemplo, somos animados por el Espíritu Santo a vivir en santidad, a seguir el mandamiento de Cristo de amar a Dios y al prójimo, a trabajar juntos para servir a Cristo en los más pobres y más necesitados, y a adelantar el Reino de Cristo y su victoria sobre el pecado y la muerte en todo el mundo.
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios, la intercesión de Nuestra Santísima Madre y la protección de nuestros Patronos San Miguel y San Jorge, nos acerquen más a Dios y unos a otros. Que el sueño de unidad de nuestro Señor en su Iglesia se realice entre nosotros, ya que somos testigos del amor salvador de Dios manifestado en Jesucristo.
* Caballero Prior titular para Norteamérica
Hasta donde hoy conozco de esta Fraternidad, ha despertado en mi un ferviente deseo de ser Caballero Trinitario, y participar como tal en sus muy nobles actividades de promover y colaborar en hacer realidad el reino de nuestro señor Jesucristo. Soy cristiano católico, ya cuento con los tres sacramentos de iniciación Cristina. Soy mexicano de nacimiento y radico en mi país de origen.
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Estimado Carlos Altamirano, que bueno saber de ti y que nos hayas dejado este comentario! Si lo deseas, puedes ponerte en contacto con nosotros por este medio, pero mejor es que nos escribas a nuestro E-mail: caballerostrinitarios@gmail.com o que nos busques por nuestros canales. Te dejo el canal de Telegram: @ctrinitarios Un abrazo en Cristo y seguimos en contacto. Quis ut Deus!?
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