
Por Oscar Javier Úbeda*
Los migrantes son una realidad vivida en todos los momentos históricos de la vida del hombre. La historia de salvación está marcada por la respuesta de hombres y mujeres capaces de un sí sereno y confuso -en algunos momentos-, pero que respondía a un querer de Dios, a la necesidad de construir la historia del género humano como historia que necesitaba ser redimida.
Jesús, junto a sus padres pasó por esa historia al tener que viajar a Egipto para ocultarse por unos años, el apóstol Pablo era un hombre itinerante en la urgente misión de anunciar a los gentiles la Buena Noticia del Reino de Dios. El mismo Jesús fue un hombre que fue y vino de pueblo en pueblo anunciando el amor del Padre, amor que experimentó primero en el seno de su “Abbá”. Los apóstoles en general tuvieron un final impactante producto de su misión. Así muchos murieron fuera de sus países de origen según las tradiciones. Uno en la India, otro en Egipto, otro en España y así sucesivamente hasta concretarse la experiencia de Dios en la vida de los hombres.
Los papas han hablado múltiples veces sobre los migrantes y refugiados y una forma de tenerlos presentes en la vida de la Iglesia ha sido diversa. A través de los dolores de María, los dolores de san José, pero también con los diferentes santos migrantes que han marcado un hito en la vida de la Iglesia, una de ellas, santa Josefina Bakhita, gran mujer de talante humilde, sencillo y abierta a Dios.
Pero lo que tal vez más marca a la vida de la Iglesia es la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que se comenzó a realizar en 1914 y según la Sección Migrantes y Refugiados de la Santa Sede, esta Jornada:
Es siempre una ocasión para expresar nuestra preocupación por la diferentes categorías de personas vulnerables en movimiento; para rezar por ellos mientras enfrentan muchos desafíos; y para sensibilizar sobre las oportunidades que ofrecen las migraciones[1].
Pero este artículo no es sobre la Jornada, sino sobre los migrantes en general. Francisco, el Papa que a puesto a todos a favor o en contra de su teología, ha optado por una serie de acciones que a los cristianos de hoy nos pone a reflexionar sobre nuestro papel en la migración y refugiados. En una Sociedad donde la xenofobia, la aporofobia y demás fobias sociales se presentan, es Francisco el que pone el dedo en la herida para llevarnos a la Reflexión Cristiana de la dignidad de la persona migrante y refugiada.

La compañía de María, la Virgen, la Madre de la Iglesia peregrina, la madre de la iglesia celestial y madre de la iglesia purgante es la migrante por excelencia, puesto que está siempre atenta al cuidado de sus hijos. Lo más actual de Francisco ha sido incorporar en las Letanias lauretanas tres invocaciones marianas: Madre de misericordia (Mater misericordie), Madre de la Esperanza (Mater spei) y Consuelo de los Migrantes (Solacium migrantium)[2], este ultimo título nos interesa, acompañado de la memoria que instauró en 2018[3]. ¿pero que relación tienen las letanías con esta memoria? La reflexion es la siguiente:
Como ya expresé María es Madre de la Iglesia universal. Madre de las tres Iglesias: Triunfante, purgante y militante. En las tres categorías de iglesias hay de todos los tipos y los migrantes y refugiados son un ejemplo claro del pensamiento de Francisco. Porque María al pie de la cruz:
aceptó el testamento de amor de su Hijo y acogió a todos los hombres, personificados en el discipulo amado, como hijos para regenerar a la vida divina, convirtiendose en amorosa modriza de la Iglesia que Cristo ha engendrado en la cruz, entregando el Espíritu[4].
Y esta mujer Madre de la Iglesia, desde siempre ha sido invocada por los creyentes con múltiples títulos: Salud de los enfermos, refugio de los pecadores, consoladora de los afligidos, auxilio de los Cristiano, reina de los patriarcas, reina de los apóstoles, reina de los martires, reina de todos los santos. Esto implica que la Iglesia siempre ha visto en ella una mujer coherente pero siempre cercana, amante de sus hijos.
En este sentido Francisco agrega esta letanía de Consuelo de los migrantes para tener aun más presente a esta Madre a este grupo de personas que son marginadas, golpeadas, violentadas en sus derechos, asesinadas por los estados al no permitirles entrar en sus países y muchas veces tratados de forma marginal por culpa de unos pocos.
Francisco y los migrantes han tenido largos artículos escritos porque en Lampedusa nos increpó, en las Jornadas Mundiales nos invita a meditar, pero también nos invita a tener presente que son personas, hermanos nuestros.
Hoy más que nunca, los cristianos de todos los tiempos, de este tiempo, estamos llamados a ser hombres y mujeres que se Cruzan con el prójimo que sufre. Con el hermano que llora y que necesita que la misericordia sea un gesto concreto manifestado en techo, tierra y trabajo. Y aquí, pues a los migrantes les ofrecemos el techo de nuestros países para que se realicen como personas. Nuestra tierra compartida para hacerles hermanos y compañeros de vida, hombres y mujeres que ayudan a construir esta nueva tierra prometida con la resurrección del Maestro. Trabajo digno que permita a los migrantes y refugiados que nuestros países sean Consuelo para los migrantes, Consuelo para los que sufren.
Los Caballeros y Damas de la Santísima Trinidad estamos llamados por nuestros estatutos a ser hombres y mujeres de Caridad. Capaces de hacer vida las obras de misericordia; capaces de dar techo, trabajo y tierra según nuestras posibilidades. ¡Adelante, caballeros!
Oración
Madre Inmaculada
que los hombres y mujeres de todos los tiempos
reciban en sus países a los hermanos que llegan.
Y reciban en nuestra tierra,
el calor de nuestros techos
y la seguridad del trabajo
para que vivan y sean personas dignas.
Hombres y mujeres que a pesar de su dolor
también son hermanos nuestros.
Consuelo de los migrantes y refugiados,
danos a los Caballeros y Damas de la Santísima Trinidad
ser verdaderamente capaces de Dios.
Amen.
NOTAS Y REFERENCIAS:
* Caballero Prior titular para Centroamérica.
[1] Sección Migrantes y Refugiados. (s.f.). Como Jesucristo, obligados a huir.
[2] Sarah, R. (2020). Sobre las invocaciones «Mater misericordiae», «Mater spei» y «Solacium migrantium» que se incluirán en las letanías lauretanas. Roma.
[3] C. C. (2018). Decreto sobre la celebración de la Bienaventurada Virgen María Madre de la Iglesia en el Calendario Romano General.
[4] Idém.
Imágenes: Papa Francisco: Pixabay.com Usuario: Annett klingner / Relieve de la Sagrada Familia: Wikimedia. Usuario: Canaan.
1 comentario en “María, consuelo de los Migrantes y Refugiados”