V/. En el nombre del Padre + y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/. Amén.
MONICIÓN
Queridos hermanos: nos encontramos hoy en este cementerio para recordar a nuestros hermanos que murieron en la paz de Cristo y confiarlos con fe y esperanza, al amor de Dios Padre Misericordioso. Ya que por el bautismo fueron incorporados a la Iglesia, la familia de Cristo (y, unidos a nuestra comunidad participaron asiduamente en la mesa del Señor); pidamos, pues, ahora a Dios que los creó, los alegre también en el banquete de su Reino y puedan así gozar con los santos y elegidos de los premios eternos.

Yo soy la resurrección y la vida –dice el Señor–; quien cree en Mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo el que vive y cree en Mí no morirá para siempre. (cfr. Juan 11, 25-26)
V/. Vengan en su ayuda, Santos de Dios; salgan a su encuentro, Ángeles del Señor.
R/. Reciban su alma (sus almas), y preséntenla(s) al Altísimo.
V/. Cristo que te llamó, te reciba y los Ángeles te conduzcan al regazo de Abraham.
R/. Reciban su alma (sus almas), y preséntenla(s) al Altísimo.
V/. Concédele, Señor, el descanso eterno y brille para él (ella) la luz perpetua.
R/. Reciban su alma (sus almas), y preséntenla(s) al Altísimo.
OREMOS
Autor de la vida, acuérdate de nuestros hermanos, familiares, amigos y bienhechores que, confiando en ti, han ido a su descanso eterno; y, ya que este primer mundo acabó para ellos, alégralos ahora en tu paraíso, donde ya no hay llanto ni luto ni dolor, sino paz y alegría con tu Hijo Unigénito y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. R/. Amén.
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
Lectura del santo Evangelio según San Juan (6,37-40)
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: – «Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día». Palabra del Señor.
Salmo responsorial (Sal 26)
R/. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R/. El Señor… Una cosa pido al Señor, y eso buscaré: habitar en la casa del Señor por todos los días de mi vida; gozando de la dulzura del Señor, contemplando su Templo. R/. El Señor… Él me protegerá en su Casa el día del peligro; y así levantaré mi cabeza sobre el enemigo que me cerca; R/. El Señor… En su Casa haré sacrificios de alabanza, y cantaré y tocaré para el Señor. R/. El Señor…
PRECES
Hacia ti, Señor, levantamos nuestros ojos; contempla, Señor nuestra tristeza, fortalece nuestra fe y concede a nuestros hermanos difuntos el descanso eterno.
A cada invocación responderemos: Escúchanos, Señor, y ten piedad.
- Tú que resucitaste a los muertos, concede la vida eterna nuestros hermanos. R/. Escúchanos, Señor…
- Tú que desde la cruz prometiste el paraíso al buen ladrón, acoge a nuestros hermanos en tu reino. R/. Escúchanos, Señor…
- Tú que experimentaste el dolor de la muerte y resucitaste gloriosamente del sepulcro, concede a nuestros hermanos la vida feliz de la resurrección. R/. Escúchanos, Señor…
- Tú que lloraste ante la tumba de tu amigo Lázaro, dígnate enjugar las lágrimas de quienes lloramos la muerte de nuestros hermanos. R/. Escúchanos, Señor…
Padre nuestro, Ave María, Gloria al Padre.
ASPERSIÓN CON AGUA BENDITA
V/. Señor ten piedad, R/. Señor ten piedad.
V/. Cristo ten piedad, R/. Cristo ten piedad.
V/. Señor ten piedad, R/. Señor ten piedad.
V/ . Libra, Señor, su alma (sus almas).
R/. De las penas del purgatorio.
V/. Descanse(n) en paz.
R/. Amén.
V/. Señor, escucha nuestra oración.
R/. Y llegue a Ti nuestro clamor.
V/. El Señor esté con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
OREMOS
Por varios difuntos: Escucha, Señor, nuestras súplicas y haz que tus siervos, que han salido de este mundo, perdonados de sus pecados y libres de toda pena, gocen junto a ti la vida inmortal; y, cuando llegue el gran día de la resurrección y del premio, colócalos entre tus santos y elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.
Por todos los fieles difuntos: Oh Dios, Creador y Redentor de todos los fieles, concede a las almas de tus siervos y siervas el perdón de todos los pecados, para que consigan por nuestras piadosas súplicas la indulgencia que siempre desearon. Por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.
Por un difunto: Oh Dios, que concedes el perdón y quieres la salvación de los hombres: te rogamos que, por la intercesión de la Santísima Virgen María y de todos los Santos, concedas la bienaventuranza a tu hijo (hija), a quien llamaste de este mundo. No le (la) abandones en manos del enemigo, ni te olvides de él (ella) para siempre; sino recíbelo(la) con tus santos Ángeles en el Cielo, su patria definitiva. Y porque creyó y esperó en ti, concédele para siempre las alegrías del Cielo. Por Cristo nuestro Señor. R/. Amén.
Por un difunto: Te rogamos, Señor, que absuelvas el alma de tu siervo N. (de tu sierva N.) de todo vínculo de pecado, para que viva en la gloria de la resurrección, entre tus santos y elegidos. Por Cristo nuestro Señor. R/. Amén.
Por los padres difuntos: Oh Dios, que nos mandaste honrar al padre y a la madre, apiádate clemente de las almas de nuestros padres, y perdónales sus pecados; y haz que los veamos en el gozo de la eterna caridad. Por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.
V/. Dale(s), Señor, + el descanso eterno.
R/. Y brille para él (ella/ellos) la luz perpetua.
V/. Descanse(n) en paz.
R/. Así sea.
V/. Su(s) alma(s) y las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.
R/. Amén.
V/. Pueden ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.
