San Simón el Zelote y San Judas Tadeo, Apóstoles

El 28 de octubre se celebra la fiesta de San Simón y San Judas Apóstoles. Según la Tradición, los apóstoles Simón y Judas predicaron juntos el Evangelio en Persia, donde fueron martirizados. Simón, al ser aserrado en dos, y Judas al ser despedazado con un hacha.

Sus nombres son reveladores. Judas es una variante de Judá, uno de los doce hijos de Jacob. En algunos manuscritos se le llama Thaddaeus y en otros Lebbeus, ambos nombres se refieren a palabras arameas para pecho y corazón, lo que sugiere que Judas Thaddaeus era a la vez tierno y valiente.

Simón es una forma helenizada del nombre hebreo Simeón, otro de los doce hijos de Jacob. Los Evangelios lo llaman el Zelote. Los zelotes eran una secta judía que representaba un extremo del nacionalismo judío que quería cumplir el ideal de la independencia macabea mediante incursiones y asesinatos. Eran el equivalente a los terroristas de hoy. Pero Simón aprendió de Jesús a cambiar a la gente mediante la dulzura y el amor, en lugar de la fuerza y el terrorismo.

A Judas se le debe una pregunta en la Última Cena que evocó una profunda enseñanza de Jesús sobre la Santísima Trinidad y nuestra participación en la propia vida y naturaleza de Dios. Preguntó: «Señor, ¿cómo es que te manifiestas a nosotros y no al mundo?». Jesús respondió: «Si alguien me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos nuestra casa con él. …. El Consejero, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho». Jn. 14:22-26. Tadeo llegó a comprender que Jesús se revelaría al mundo no directamente, sino a través de los apóstoles, de aquellos que le aman.

Pintura que representa el martirio de San Simón y San Judas, apóstoles, basada en la Leyenda Dorada

En la leyenda de su pasión y muerte, estos dos apóstoles encuentran la oposición de los magos de Persia. Estaban tan inflamados de envidia y rabia contra los apóstoles que conspiraron para darles muerte. Advertidos por un ángel, ambos prefirieron sufrir el martirio para lograr la conversión de aquellos adversarios, antes que resistirse a ellos. Lograron lo imposible con su amor, muriendo por sus enemigos.

Este es el camino que Jesús nos enseñó con su propia pasión y muerte. Que la intercesión de los santos Simón y Judas Tadeo nos ayude a ser heroicos en el buen combate de la fe y buenos misioneros del Evangelio de la Salvación en todas partes y a cada momento. Amén.

1 comentario en “San Simón el Zelote y San Judas Tadeo, Apóstoles

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